Toda mujer vale más cuando aprende de letra

Leí y releí la historia de Francesca Bonnemaison, una mujer de buena posición social a la que le gustaba coser, hacer obras de caridad, creyente y amante del deporte. Hacia 1900 ser una mujer con inquietudes, más allá de casarse y tener hijos no era algo bien visto.

Decidí “coser” esta arpillera porque Francesca fue una mujer que sin hacer demasiado ruido, sin llamar demasiado la atención y sin ningún tipo de violencia provocó un cambio que rompía definitivamente con lo que había sucedido hasta entonces. En una sociedad donde las clases sociales estaban perfectamente definidas y no digamos el papel de la mujer, Francesca fue una gran intraemprendedora “dentro del sistema normalmente establecido”.

Poner en marcha la 1ª biblioteca popular de la mujer en Europa tiene mérito, pero abrirla a todas las jóvenes independientemente de su clase social es mucho más meritorio y la cosa funcionó, un espacio exclusivo para mujeres donde aprender y crecer juntas sirvió para tener nuevas perspectivas de la vida en femenino.

Repito sus palabras, “Toda mujer vale más cuando aprende de letre y hoy todavía me atrevo a afirmar que toda mujer es más cuando todo aprende”.

Mi mujerdisruptiva, mi heroína fue capaz de romper el sistema desde dentro, sin opciones de volver atrás. Hoy no tenemos ninguna duda, la formación y el aprendizaje nos harán libres.