28/02/2015
Los colores de la voz del Coro del Ateneu
Cuando coinciden disposición, ganas y, sobre todo, ilusión, una mañana del sábado puede tener otro color.
El 28 de febrero Joan Martínez Colás guió una sesión de trabajo vocal (aproximadamente de dos horas) bastante interesante, a muchos componentes del coro del Ateneu.
Después de un dulce aperitivo con un café con leche, todo estaba preparado para que Juan, creador de veinte espectáculos y muchas obras de gran originalidad y creatividad, se presentara como cantante – pedagogo. Como buen maestro, los primeros minutos los dedicó a explicar que la técnica es fundamental para poder cantar correctamente. Su técnica, que a él le funciona y está comprobada científicamente, empezó con la adecuada colocación de todo el cuerpo. Encontrar el eje vertical y los dos horizontales es imprescindible para preparar el instrumento de los cantores. A continuación nos ayudó a relajar brazos, piernas, tronco, cervicales … hasta llegar a la cara. Y aquí estuvimos un buen rato para colocar bien los resonadores y así conseguir la máscara: cejas arriba, ojos bien abiertos, mueca en la nariz, lengua plana y todo listo para una buena sonrisa; y todo ello, sin que nadie note qué se piensa o qué imprevisto se ha tenido hace un rato. Esta es la buena disposición de un artista. Cualquiera que se presente ante el público debe saber interpretar y debe buscar la figura adecuada.
Llegado este momento, ya se está preparado para conocer los colores de la voz. Sin olvidar nada de las técnicas presentadas, hay que cantar de cabeza porque la caja de resonancia es más pequeña y por tanto el sonido es más flojo; o bien de pecho, dónde aumenta el volumen al ser mayor el órgano utilizado.
Por último, hay que saber colocar la laringe para cuidar las cuerdas vocales y que no sufran a la hora de cantar. Además hay que conocer dos conceptos básicos: buscar la impostación un poco retrasada al paladar, bajo el principio de “aperto ma coperto” y utilizar utilitzar las graduaciones de la articulación que se mueven entre dos extremos : “legato”, continuidad del sonido entre nota y nota; y “martelatto”, interrupción total del sonido entre nota y nota, para encontrar el equilibrio entre las dos.
Los últimos minutos de la sesión se dedicaron a poner en práctica los recursos comentados, acompañando a Juan en un fragmento de una ópera sacra.
Gracias a la participación de todos y a la buena actitud demostrada pasamos un rato muy agradable, relajado y entretenido. Ahora sólo queda asumir individualmente lo aprendido y poner en práctica estas técnicas para ayudar al Coro a la mejora del resultado final; y, así, lograr mayor cohesión vocal y un mejor rendimiento del trabajo.
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